jueves, 25 de febrero de 2010
Todo es posible.
-¿Conoces la inmensidad?.
-¿A qué inmensidad te refieres?.
-A la que tú puedas conocer.
-Pues, bien, el mar y el cielo despejado parecen ser infinitos.
-No creas que siempre es así. En este mismo instante descubrí la inmensidad-. Le decía mientras la voz le temblaba desde los latidos agitados de su corazón.
-Yo no la veo-. Le contestó ella después de voltear y buscar algo entre tantos árboles y tierra seca.
-La inmensidad eres tú-. Lanzó su declaración sin siquiera parpadear. Parecía que los ojos se le fuesen a transformar en dos astros de pronto.
-Tan sólo podría ser un grano de arena-. Respondió titubeando, para no guardar silencio.
-Te equivocas. Tú eres una playa eterna, sin fin.
-Explícate, que no logro comprender.
-Tus ojos. En ellos guardas los momentos de felicidad, como la playa a cada grano de arena. El mar. Imagino que nunca podré bañarme en él. La corriente debe estar lejos de esos ojos construidos de alegría.
-Estoy atónita. Qué puedo replicar ante palabras tan hermosas-. Musitó. Luego sonrió unos segundos, arrojando la vista hacia el horizonte.
-Y yo estoy sorprendido, al sentirme más pequeño frente a tu enorme sonrisa. Mira cómo la luz se asoma entre esos labios soñados, que no dejarás palparlos con mis manos atraídas por una fuerza sobrenatural. Me convenzo más de que eres una playa ferviente. De tu boca sale y se esconde el sol resplandeciente.
-Me haces sonrojar. Esta tarde me has abordado para halagarme con metáforas-. Calló, y sonrío tímidamente, totalmente ruborizada.
-No son metáforas. Observa atentamente como cae la arena dorada de mi cabello. Me has llenado de ti, mujer-. Y con sus manos sacudió su cabello, del cual comenzaba a flotar un polvo estrellado. Luego le señaló el montón de arena que estaba a sus pies.
-¿¡Ahora me vas a confesar que haces magia!?-. Gritó sorprendida, con los párpados imposibles de bajar o subir. Su mirada quieta y más extendida que nunca.
-Magia no es-. Respondió con normalidad.
-¡Entonces dime qué es!
-¿Sabes lo que pasa?. Nada es imposible. Yo dije que eres la inmensidad. Lo eres. Y eres mi playa por siempre soleada...
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3 comentarios:
El texto es hermoso. Desde la frase: la inmensidad eres tú, todo fue maravilloso, pero igual me perdí al final con los hablantes
solo te falta esclarecer un poco la voz de quien habla, lo demás, maravilloso
PD: escribes de manera muy similar a los escritores contemporáneos, me sorprendiste
No aclaré muchos detalles, porque esta vez fue algo que me dediqué casi a mí misma. En verdad repasando esto, parece que todo, todo, todo es posible :).
Gracias por ser tan crítico, siendo que me lo dices tú, alguien con mucha experiencia.
Te quiero, coleguita.
Pues la vida es sólo un cúmulo de posibilidades. El texto, hermoso.
Muchos saludos srta. escritora.
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